- No especificado.
- Pessoa coletiva
- 1921 - 1982
La empresa sobre la que se creó este Archivo Empresarial en soporte físico es Calera Avellaneda S.A. La misma se dedicó a la producción de cal y cemento entre los años 1921 y 1982 y estaba situada sobre el paraje San Jacinto del partido de Olavarría (centro de la provincia de Buenos Aires, Argentina). Calera Avellaneda fue fundada por la Sociedad Anónima homónima en 1921 con la adquisición de las Canteras de San Jacinto, que poseían yacimientos de arcilla, loess, cuarzo y 75 hectáreas de piedras calcáreas en compacta formación. El origen de su nombre remite a los inicios de la producción de cal en el partido de Avellaneda (provincia de Buenos Aires). En sus comienzos la empresa sólo producía cal pero ante el volumen de materia prima, en 1935 sumó a su producción el cemento Pórtland. En la primera etapa de desarrollo minero en Olavarría, la piedra provenía de las canteras, arrendadas primero y adquiridas más adelante, junto a las cuales se trasladó la planta industrial. Una vez instalada en el partido, la cantera se convirtió en un establecimiento de gran capacidad productiva. Desde su apertura, Calera Avellaneda S.A. constituyó una promesa para el futuro, por lo que se sucedieron las ampliaciones y modernizaciones de las fábricas de cemento y cal, consolidándose marcas ya tradicionales en el mercado argentino como cal “Hidrat” y “Cemento Avellaneda”. La gran expansión productiva demandó la instalación habitacional
de los trabajadores, con la intención de que estos permanecieran cercanos a la fábrica. Dada las características del proceso de producción de cemento, desde la empresa se buscaba fijar la mano de obra, creando un mercado de trabajo, antes inexistente, mediante la construcción de viviendas para los obreros y sus familias. De esta forma, la residencia transitoria que inicialmente era solo para hombres solteros dio origen a la construcción de una Villa Obrera, un pequeño poblado que llegó a ser habitado por más de 700 personas,
incluyendo hombres, mujeres y niños. Se construyeron casas para obreros y sus familias, viviendas para jefes y residencia para “el patrón”, además del almacén de Ramos Generales y diferentes comercios (peluquería, carnicería, mercería, zapatería y verdulería). También se construyó el Club Social y Deportivo Calera Avellaneda, piletas de natación, canchas de tenis, fútbol, básquet, golf y bochas, una escuela, un jardín de infantes y una capilla. La empresa en sí misma, así como su modelo habitacional empresarial, pionero en la región, constituyó un importante aporte económico para el desarrollo del partido de Olavarría, convirtiéndose en un protagonista del período de auge de la producción industrial cementera del país.